Vivir experiencias en la industria creativa, tanto buenas como malas, le hizo darse cuenta de quién era realmente. Fue entonces cuando nació Deer, un proyecto musical que antes experimentó con la ilustración y el arte performático rompiendo con un entorno conservador y sentando las bases de una visión propia. La rebeldía se encuentra con la emoción en una plataforma que aglutina distintas disciplinas creativas (la moda también juega un papel importante), y que hoy presenta su nuevo single, I Think I’m Dead. Una canción con tintes oscuros donde la sensación de hastío y el abandono hacen acto de presencia. El lanzamiento viene acompañado de un vídeo dirigido por Doble Tempo y editado por Alt Studios. Hablamos con Deer para desgranar este nuevo track.
Deer, antes de adentrarnos en tu nuevo lanzamiento, ¿podrías presentarte brevemente a nuestros lectores?
¡Hola, soy Deer! Soy una artista musical de la Ciudad de México. Mi proyecto deriva de las emociones tristes, duras, el rechazo, el amor, la depresión y la salud mental. Soy una artista visual y auditiva que se inspira por la moda, el arte, el cine y la literatura. Tomo aprendizajes de lo que he vivido y los comparto a través de este proyecto, Deer. Busco crear un universo donde puedan sentirse bienvenidos todos aquellos que se han sentido rechazados en algún momento.
Dices haber encontrado consuelo en la Ciudad de México, donde naciste, tras años embarcada en un viaje independiente y después de haber vivido múltiples experiencias en la industria musical. ¿A qué te refieres exactamente? ¿Sientes que has reconectado con tus raíces?
Siento que he reconectado cien por cien con mis raíces. Tras vivir muchos años fuera, logré apreciar enormemente todo lo que me hizo ser quien soy: mi hogar, mi entorno y la cultura que me rodeaba. Es importante para mí ser honesta y hablar sobre este proceso. Culpé mucho tiempo a mi hogar por no entenderme, y al salir sola y vivir en diferentes lugares del mundo me di cuenta de que yo no me entendía. Tuve que vivir múltiples experiencias en la industria creativa, tanto buenas como malas, para aprender quién era, qué quería, por qué lo quería, cuál era mi mensaje. Maduré como artista y persona. Fue muy importante para mí, no solo regresar a mis raíces, sino a mi familia también. De alguna forma, también huía de ellos por miedo a enfrentar la imperfección de lo que es crecer y darte cuenta de que tus padres también son humanos. Todos sufrimos y tenemos traumas.
Te defines como artista multidisciplinar. ¿Qué campos creativos abordas en tu trabajo? ¿Tienes algún favorito?
Realmente, empecé con la ilustración antes de embarcarme en la música. Siempre tuve un afán por crear criaturas mágicas inspiradas enormemente por Tim Burton y Dr. Seuss. Encontré fascinación en universos fantásticos, con enseñanzas y críticas sociales presentadas a través de personajes peculiares. Pasé a pintar sobre lienzos con temas un poco más fuertes. Recuerdo que una maestra me dijo que mi trabajo solo consistía en ser explícito.
Durante la preparatoria, me dediqué al arte conceptual y a hacer críticas fuertes como acto de rebelión personal; pero también como acto de rebelión contra un entorno muy conservador en el que crecí. Exploré el performance art, esta vez mezclando los personajes de las ilustraciones que hacía, y me inspiraban con lo que pintaba en lienzo. Más carácter, más fuerte. Fue entonces cuando se creó Deer, alguien que podía expresarse a través del cuerpo como pieza de arte. Aún tengo cicatriz de una pieza que hice donde leí un poema de amor al cortarme en la pierna un corazón. Creo que ahí se creó lo que Deer es hoy musicalmente. El dolor que surge del amor, por el arte, por una persona, por ti mismo, por el mundo. El dolor que va de la mano del amor. Durante esta época, también nació una fascinación por Alexander McQueen. Crecí rodeada de moda porque mi madre era estilista, pero hasta que conocí a lo que se presentó como un outsider de lo elitista de la moda no surgió tanto interés. Esto me llevó a estudiar diseño de moda. Me daba el poder de crear no solo una colección de ropa, sino un universo alrededor de ella y trabajar con lienzos humanos para narrar historias.
Claramente, de aquí volví a la música, con la cual también crecí porque mi padre era ingeniero de sonido. Siempre tuve ese acercamiento, pero tenía que encontrar mi camino sola. ¡Y lo hice! De la moda era un salto pequeño a la música, son universos que cada vez viven más y más entrelazados. Vi en la música como podía crear un universo aún más completo de arte, donde podía expresarme auditivamente. Darle un sound track a todo lo visual que se creaba. No solo darle un sound track, sino un universo aún más grande, con más posibilidades de explorar. Empecé por medio de la producción, y poco a poco fui incorporando mi voz. Ahora trabajo con mucha gente muy talentosa que me ayuda. En definitiva, ¡me dejé llevar!
Durante la preparatoria, me dediqué al arte conceptual y a hacer críticas fuertes como acto de rebelión personal; pero también como acto de rebelión contra un entorno muy conservador en el que crecí. Exploré el performance art, esta vez mezclando los personajes de las ilustraciones que hacía, y me inspiraban con lo que pintaba en lienzo. Más carácter, más fuerte. Fue entonces cuando se creó Deer, alguien que podía expresarse a través del cuerpo como pieza de arte. Aún tengo cicatriz de una pieza que hice donde leí un poema de amor al cortarme en la pierna un corazón. Creo que ahí se creó lo que Deer es hoy musicalmente. El dolor que surge del amor, por el arte, por una persona, por ti mismo, por el mundo. El dolor que va de la mano del amor. Durante esta época, también nació una fascinación por Alexander McQueen. Crecí rodeada de moda porque mi madre era estilista, pero hasta que conocí a lo que se presentó como un outsider de lo elitista de la moda no surgió tanto interés. Esto me llevó a estudiar diseño de moda. Me daba el poder de crear no solo una colección de ropa, sino un universo alrededor de ella y trabajar con lienzos humanos para narrar historias.
Claramente, de aquí volví a la música, con la cual también crecí porque mi padre era ingeniero de sonido. Siempre tuve ese acercamiento, pero tenía que encontrar mi camino sola. ¡Y lo hice! De la moda era un salto pequeño a la música, son universos que cada vez viven más y más entrelazados. Vi en la música como podía crear un universo aún más completo de arte, donde podía expresarme auditivamente. Darle un sound track a todo lo visual que se creaba. No solo darle un sound track, sino un universo aún más grande, con más posibilidades de explorar. Empecé por medio de la producción, y poco a poco fui incorporando mi voz. Ahora trabajo con mucha gente muy talentosa que me ayuda. En definitiva, ¡me dejé llevar!
Tienes tu propia agencia de relaciones públicas y management, Loser Agency. ¿Cómo y por qué decidiste embarcarte en este proyecto?
Fue algo que nació de la frustración. El constante “no puedes” me llevó a decir, “¿cómo qué no?”. Como artista independiente aprendí a tocar muchas puertas, a bajar la cabeza, a escuchar y absorber todo lo que podía. También me di cuenta de que realmente todos somos humanos con emociones, preocupaciones y vidas más allá de los correos de trabajo. No puedes simplemente atacar a la gente. Es difícil, nos olvidamos de que no somos máquinas.
Loser nace de todos estos aprendizajes lidiando con mi prensa, conociendo a editores, creando amistades y vínculos con las personas que buscaba que me apoyaran a mí también. Es una agencia que quiere guiar a nuevos artistas a través de la industria. Quería crear algo que pudiera ser una máquina de sueños. Tal vez no tenga todas las conexiones, pero quiero ayudar a los artistas a ser oídos, a darles oportunidades para llegar a donde tal vez creían que no podrían, a guiarlos para crear lazos de trabajo fuertes y sanos, duraderos. Que sus proyectos evolucionen a sus versiones máximas y que encuentren el apoyo adecuado que merecen.
Loser nace de todos estos aprendizajes lidiando con mi prensa, conociendo a editores, creando amistades y vínculos con las personas que buscaba que me apoyaran a mí también. Es una agencia que quiere guiar a nuevos artistas a través de la industria. Quería crear algo que pudiera ser una máquina de sueños. Tal vez no tenga todas las conexiones, pero quiero ayudar a los artistas a ser oídos, a darles oportunidades para llegar a donde tal vez creían que no podrían, a guiarlos para crear lazos de trabajo fuertes y sanos, duraderos. Que sus proyectos evolucionen a sus versiones máximas y que encuentren el apoyo adecuado que merecen.
¿Es fácil ser una mujer emprendedora en la industria musical? ¿Te has encontrado muchas trabas en el camino?
No, no es fácil, ¡y quien diga que sí miente! Creo que siempre ha sido difícil ser mujer en la industria musical, sin importar el género. Para mí, lo más difícil fue el vivir ese conocidísimo estereotipo de no ser suficientemente ‘sexy’. Recuerdo que una vez me dijeron que mi proyecto debía ser más como Nathy Peluso, artista a la que admiro y respeto, pero que no tiene nada que ver con quien soy yo. No es mi forma de ser, ni me sentía cómoda cuando me querían empujar a hacer un personaje que no me representaba. También recuerdo ser amenazada cuando creé mi agencia porque, aparentemente, me estaba metiendo en territorios que no me pertenecían. Lidiar con intimidaciones puede ser agotador, pero no era más que la intimidación. Mi trabajo no se vería afectado si yo no lo permitía.
Además de ser productora y DJ, también lideras tu proyecto musical personal, Deer. ¿Cuáles son las características principales en lo que a tu faceta como cantante y compositora se refiere?
El proyecto personal de Deer es una fantasía. Es una exploración total de sentimientos y emociones, preguntas existenciales y críticas personales y sociales. Supongo que es el resultado de lo que siento. Han sido muchas vidas ya, y este es el musical de todas ellas.
Ahora estrenas tu nuevo track, I Think I’m Dead. Un himno de rabia romántica que expone al artista como un ser frágil que parece estar siempre a la defensiva. ¿Qué nos puedes contar sobre este nuevo lanzamiento?
I Think I’m Dead se traduce como “creo que estoy muerta”, y tiene que ver con un sentimiento de cansancio. Creo que llevo mis letras al extremo y siempre hay ciertos tonos fúnebres en mis temas, pero no son sentimientos lejanos a lo que muchos vivimos. Siento que todos podemos pensarlo en algún momento, en alguna relación, en algún proyecto o trabajo donde nos sentimos muertos por dentro, donde nos levantamos de un ataúd de frustración y depresión.
En este caso, mi tema se dirige al amor porque yo soy una persona muy romántica y muchas de mis lecciones de vida han sido a través del amor. ¡Pero todos somos diferentes! En fin, este tema es sobre ese sentimiento en una relación, sobre el limbo de las peleas y el miedo al abandono. Habla de cómo tener una imagen en tu cabeza donde te tomas el tiempo y reevalúas las cosas, haces planes y ves claramente el futuro. Pero, en contraste con tu cuerpo y día a día, te sientes agotado, derrotado y quebrantado por tus propias expectativas. Es un tema cinematográfico en cuanto a la producción, tiene elementos y sonidos que transforman el entorno y crean una historia magnética. Diría que es una canción con tintes oscuros.
En este caso, mi tema se dirige al amor porque yo soy una persona muy romántica y muchas de mis lecciones de vida han sido a través del amor. ¡Pero todos somos diferentes! En fin, este tema es sobre ese sentimiento en una relación, sobre el limbo de las peleas y el miedo al abandono. Habla de cómo tener una imagen en tu cabeza donde te tomas el tiempo y reevalúas las cosas, haces planes y ves claramente el futuro. Pero, en contraste con tu cuerpo y día a día, te sientes agotado, derrotado y quebrantado por tus propias expectativas. Es un tema cinematográfico en cuanto a la producción, tiene elementos y sonidos que transforman el entorno y crean una historia magnética. Diría que es una canción con tintes oscuros.
La muerte, la salud mental y la dicotomía entre romance y dolor están muy presentes en tu obra. ¿Tiene la música efectos terapéuticos? ¿Sientes que te ayuda a liberarte de alguna forma, a expresar tus emociones más profundas?
¡Sí! Creo que para mí la música es una forma de expresar mucho de lo que cargo y llevo dentro. Como artista, el medio que uses para expresarte es una gran liberación de emociones, pero también me gusta mucho explicar esto. Creo que dentro de la música ‘triste’, y hasta en la feliz, no se explica más allá de la canción. El cómo se trabajó realmente esa emoción. Dentro de la música más emocional, en mi opinión, es importante no dejarlo en: estoy triste y ya. Tienes que hablar con tu público y compartir el proceso con el que tratas esas emociones que compartes. Es importante ser responsable con lo que dices, y por qué lo dices. Afecta a quienes te escuchan, sean diez personas o un millón. Entender lo que estás diciendo en tus canciones es muy importante. La música es una gran herramienta para liberar, pero hay muchos pasos en sanar y eso también me gusta compartirlo.
El single viene acompañado de un vídeo dirigido por Doble Tempo y editado por Alt Studios. Y la historia que nos presenta, en la que vemos a una novia que se suicida el día de su boda, no deja indiferente a nadie. ¿Tenías claro lo que querías representar a través de la pieza visual?
No lo tenía muy claro. Sabía que quería el concepto de una novia que se da a entender que se suicida el día de su boda. Es muy conceptual, la historia no tiene una narrativa muy clara. Tiene más que ver con las emociones, la ira y el contraste entre dos versiones de Deer. Una representa a la novia, preocupada, sufriendo, atrapada, etc. La otra es Deer de rojo usando látex, tomando una copa de sangre. Es la sangre que se derramó al cometer el suicidio. La libertad que reside en la muerte, o en el terminar un ciclo.
¿Dirías que este es el single más importante de tu carrera hasta el momento?
¡Sí! Es definitivamente mi canción favorita y mi vídeo favorito. Me da miedo decir que es el más importante porque me da ansiedad y me cuestiono si lo que hago será bien recibido. Para mí todos los temas que saco son importantes, pero creo que con este me di la libertad de creerme más la película. Eso significa, básicamente, que tuve más confianza en mí misma con este tema. Y con eso pude darle la visibilidad y el amor que se merece.
Me gustaría saber más sobre tu proceso creativo. ¿Cómo y dónde sueles componer, qué te inspira y cómo es el proceso hasta que das vida a tus lanzamientos musicales?
Siempre estoy escribiendo en mi libreta o en mi celular pensamientos o emociones, frases que se me quedan. Siempre me ha gustado escribir poesía para liberarme de sentimientos en el momento, y eso se transforma en coros y versos. Cuando estudie diseño de moda, nos enseñaron a siempre tener un cuaderno que contenga todo lo que represente tu universo: plantas, fotos, pinturas, colores, texturas… Ese ejercicio se quedó conmigo y tengo varios folders digitales donde guardo todo lo que me parece bello o me inspira.
¿Quiénes son tus artistas preferidos?
Hay demasiados artistas que me inspiran, pero siempre he tenido una fascinación por lo oscuro. Marilyn Manson es uno de los primeros recuerdos que tengo, mi mamá prohibiéndome ver un vídeo musical. Eso hizo que me interesase más por lo extraño. Crecer viendo a Lady Gaga en los MTV sangrando colgada de un techo también fue épico para mí. Me recordó a Marina Abramović y sus performances, otra artista que también me inspira mucho. Más recientemente, Grimes y su camino hacia la música; su individualidad y universo tan único me empujaron a embarcarme en la música. También tuve la hermosa oportunidad de conocer y ser amiga de una persona a la que, cuando la encontré en Internet, me llegó a dar hasta envidia. Creo que lleva la belleza de la oscuridad a otro nivel: Death By Romy, otra gran artista emergente que admiro un montón. Admiro mucho también a los artistas con los que trabajo como Doble Tempo y su persistencia con los proyectos que hace, con su disquera y sus artistas.
¿Y cómo valoras la escena musical actual? ¿Sientes que están triunfando los mejores, o no siempre es así?
No siempre es así, lamentablemente, y es algo de lo que hay que ser consciente. Está evolucionando como muchas industrias. Muchas cabezas jóvenes con menos veneno, como diría mi madre. Más inclusión, más apoyo, más unión. Creo que también la apertura mundial a la plática de salud mental después de una epidemia de opioides y múltiples músicos tan jóvenes perdiendo la vida han hecho que la industria, de alguna manera, esté expuesta a mucha más crítica. Que más personas puedan hablar abiertamente de los abusos que han pasado, y sobre la falta de ética dentro de los managements y disqueras. Desde Lil Xan hablando abiertamente sobre cómo siendo menor de edad su equipo le conseguía drogas sabiendo que vendería más en redes en vez de ayudarlo, aislándolo de sus amigos y familia; hasta Lil Peep y su madre hablando sobre esto mismo en su funeral. O Ye siendo internado forzosamente, y sus choques con la esclavitud en los contratos discográficos y lo que eso representa.
¿Te podremos ver pronto sobre los escenarios?
¡Sí, donde me inviten! (Risas). ¡Tengo varios shows en México por ahora!
Y ya para acabar, ¿hay algo que nos puedas adelantar sobre tus próximos proyectos?
Estamos a punto de estrenar el segundo mixtape de Shadow Squad, el grupo en el que estoy. Y en cuanto a Deer, ¡quiero trabajar en el que será mi primer álbum!